Zombies ate my neighbors, comerse el cerebro de los vecinos nunca sonó tan bien
Ah, qué recuerdos más "entrañables". Literalmente, de entrañas. Cayó en mis manos este cartucho y fue un amor a primera vista. Una mecánica manida run and gun, con vista aérea y ambientación creepy de películas antiguas. Y una música cojonuda, llena de órganos, jingles, ruiditos, fusión de estilos…